Cuando un paciente con este trastorno recurre al tratamiento, lo más habitual es que lo haga por otros trastornos asociados, como pueden ser los de ansiedad, fobias u otros trastornos afectivos como la depresión. El abuso de drogas, las adicciones o los trastornos relacionados con el sueño son también causas comunes por las que un paciente puede buscar ayuda. Se considera muy conveniente diagnosticar lo antes posible este trastorno para que el tratamiento sea efectivo y evitar bloqueos severos.
Psicoterapia
El tratamiento suele ser difícil por la escasa colaboración del individuo a pesar de su gran deseo por cambiar. No siempre existe una conciencia de anomalía, pero la realidad es que la presencia del terapeuta atenúa los perfiles psicopatológicos del paciente y reduce su conflictividad con el medio.
Existen múltiples modalidades de tratamiento que pueden ayudar al afectado: psicoanálisis, psicoterapia psicoanalítica, terapia cognitiva-conductual, psicoterapia de apoyo, terapia grupal, terapia familiar, terapia ambiental, hospitalización y farmacoterapia.
Por supuesto, sin el adecuado tratamiento estas personas pueden llegar a resignarse a una vida caracterizada por el aislamiento y desarrollar además un trastorno psiquiátrico, drogadicción o depresión.
Medicación
Los psicofármacos son un recurso para normalizar la psicopatología del sujeto y potenciar su estabilidad emocional pero uno no debe medicarse sin buscar la atención de un médico cualificado.
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